En menos de 24 horas vamos estar sintiendo esas cosquillas maravillosas que provocan las previas a los partidos de Copa, pero pasó mucho para que volviéramos a sentir esto. Pasó mucho en Vélez, pero también en el mundo.
Aquel 18 de febrero cuando Thiago Almada convertía el agónico penal en Ecuador no imaginábamos que a los 20 días Heinze iba a dirigir por última vez al equipo y mucho menos podíamos imaginar que el mundo iba a quedar en pausa por tanto tiempo.
Cuando ese 19 de marzo se decretaba el ASPO (Aislamiento social, preventivo y obligatorio) no entraba en la cabeza de ninguno de nosotros que la vida tal como la conocíamos se detendría y que, entre muchas cosas importantes, el fútbol no iba a ser una excepción y se iba a demorar siete meses en volver a jugarse por los puntos.
En este tiempo pasaron demasiadas cosas como para olvidarse. Demasiada angustia y tristeza llenaron estos días. Por eso, hoy que la pelota vuelve a rodar y una parte nuestra vuelve a palpitar…es que no debemos olvidarnos de lo que vivimos, no debemos olvidarnos de los que no están, pero celebremos que la vida empieza a recuperar algo de la normalidad que teníamos, festejemos que, aunque mañana y el sábado solo podremos ver a Vélez por TV estaremos un paso más cerca de encontrarnos, de festejar y de celebrar que la vida sigue aunque duela saber que muchos ya no están.
Como una jugada del destino, el banco hoy lo ocupa un hijo dilecto de la casa y aunque todos sabíamos que los caminos de Pellegrino y Vélez estaban destinados a cruzarse, no imaginábamos que iba a ser de esta forma. El Mister marcó el camino y nos llevó de vuelta a América pero hoy Mauricio tiene la tarea de continuar con un verbo que el conoce bien: PROVAGAR.
Es por todo esto que te pido que el living de cada uno de nosotros sea nuestra parte del Amalfitani, que cuando el equipo salga a la cancha apretemos bien fuerte los puños mientras gritamos “El Fortín, El Fortín” y abracémonos fuerte en cada grito de gol y si no podemos abrazarnos choquemos los codos.
No dejemos de vivirlo como si estuviéramos en casa.
Festejemos, disfrutemos que, aunque distinta, la vida sigue y el Fortín está en la cancha.
Juan Pablo Muzzio
@jpmuzzio72