Comenzó la Liga Profesional para El Fortín, nuevamente con un empate en este caso ante Huracan en el José Amalfitani.
De menor a mayor arrancó Vélez, este Vélez que en apenas estos dos partidos oficiales no termina de convencer. No termina de convencer no por su funcionamiento (es lógico después de 6 meses de párate) sino por las decisiones e interpretes que se ven dentro de la cancha.
En un primer tiempo regular, Huracan fue quien mejor se sintió en el campo de juego, no con una gran diferencia, pero controlando el balón y teniendo las mejores situaciones. Tal es así que luego de una serie de dudas en la mitad de la cancha y de contra marcó el primer gol a los 36’.
En el ST se vio lo mejor del equipo de Pellegrino hasta el momento, con intenciónes y arrimándose al arco de Cambeses. Con Ricky Álvarez como bandera (quien se ganó el lugar para el miércoles) fue y encontró el empate con un exquisito tiro libre. De ahí en más Vélez fue el que mejor situación es tuvo, esta como ejemplo la de Janson sobre el final que no llegó por unos centímetros.
Bien, ¿lo pudo ganar Vélez? Si. ¿Fue superior? Por momentos, no le sobró nada. ¿Esta bien el empate? Entiendo que si.
Muchas cosas para mejorar, en defensa, mediocampo y sobre todo ataque. Jugadores que sufren el párate y todavía parecieran no haber entrado en ritmo. Decisiones desde el vamos, que no se entienden.
Lo cierto es que entre todo este párate y revolución que genero la pandemia, Vélez el día miércoles tiene una prueba de fuego en Uruguay cuando visite el “Campeón del Siglo”. Habrá que tomar recaudos, pero también modificar muchas cosas, este equipo demostró no sobrarle nada, pero tampoco ser menos que los rivales. El miércoles es una final y habrá que estar a la altura de lo que demanda esta camiseta y la historia del club.
Punto y aparte. En Uruguay comienza otra historia.
Gianluca Schinca
@schincagianluca