Ante la inminente venta de Thiago Almada, Pellegrino comenzó a buscar alternativas dentro del material que tiene en su arsenal, para encontrar el reemplazo perfecto que pueda cumplir con la función que ejercía el “Guayo” dentro del equipo. Es por eso que, con Tarragona como referente de área, Lucero fue la opción por la que se inclinó el cuerpo técnico.
Thiago era el hilo conductor de Vélez, el nexo entre el mediocampo y los delanteros, aquel que trasladaba desde mitad de cancha (por cualquier sector), brindaba el pase perfecto a sus compañeros y picaba hacía el área, en busca de asistir al gol o concretar la jugada. En este aparente nuevo proceso, Pellegrino busca lo mismo con Lucero.
(Mapa de calor de Almada contra Calera vs Lucero contra Atletico Tucuman)
Es evidente que Pellegrino aún no renuncia a la idea de juego que desarrolla hace un año en el club, por eso Lucero intentó replicar los movimientos de Almada y aquí es donde se dio la gran falencia. Más allá de la calidad de uno y otro, “El Gato” no ofrece el recorrido a lo largo de la cancha, como si lo hacía Thiago. Es por eso que, durante varios momentos del encuentro, el equipo se encontraba partido por la ausencia de una referencia en el medio entre los mediocampistas y los delanteros. Como se ve en la imagen, el ataque de Vélez se inclinaba por las bandas y habia un espacio amplio en el centro que no era ocupado por nadie. Esa falta de un nexo y de una conexión, hizo que varios intentos de ocasiones se diluyeran, fueran poco claras o muy forzadas.
Sin embargo, hay matices que se repitieron de buena manera en Vélez, sobre todo en el primer tiempo. El fortín se inclinó por ser amplio y profundo cuando encontró fluidez en el juego y sumó mucha gente en ataque, característica que nutrió a la ofensiva, al contragolpe y a la defensa. La presión, un hábito bien realizado por el equipo de Pellegrino, fue un factor determinante para encontrar la oportunidad de marcar el gol. Como vemos en el video, Mancuello pierde la pelota pero rápidamente sale a ahogar al rival, junto a Janson y Brizuela, lo que obligo un pelotazo que capturó Bouzat para iniciar el contraataque que culminó con la definición de Tarragona y la gran tapada de Luchetti.
Para el segundo tiempo, se repitió la tendencia. Vélez busco atacar con mucha gente para generar la superioridad numérica, aunque no tuvo gran frecuencia de intentos. La más clara del Fortín se dio así, con 5 que atacan vs 5 que defienden y un centro de Guidara que termino con un mal control de Lucero. En la teoría y práctica, la jugada fue bárbara y era la firma ideal para el sello Pellegrino, la sana costumbre… Pero en los papeles fue un errado cuasi insólito, una situación donde le perdonaron la vida a Atlético Tucumán.
Algunos destellos del Vélez anterior y poco más… Si bien se repitieron los matices y mereció ganar, lo cierto es que Pellegrino aún no encontró el remedio que sane la salida de Almada. El equipo estuvo partido, sin nexo, ni fluidez, y con poca conexión. Se nutrió de la presión y de hacer amplio y profundo cada ataque, pero no hubo elaboración y falto mucho en el juego. Habrá que mejorar demasiado…
Martin Etcheverry
@metcheverry99