Elegancia, precisión y efectividad, pueden ser algunos de los calificativos que describan la actuación de Máximo Perrone en la noche de ayer ante Sarmiento.
Si bien el Cacique Medina armo un mix entre los habituales titulares y algunos suplentes, el 16 de Vélez volvió a demostrar porque desde que debutó en la primera división nunca más salió del 11 titular. Con un despliegue por todo el mediocampo (escoltado por Santiago Caseres) aportando en la marca y recuperación de la pelota, Máximo cumplió con creces. Sumado a la distribución del balón, cada vez que el equipo no encontraba quien reciba la pelota, el siempre encontraba un hueco donde ubicarla con sus pases en profundidad o también, en los pases filtrados al hueco para que jugadores como Janson, Orellano o Fernández puedan desequilibrar.
Párrafo aparte para el golazo de la noche, que le dio el empate a un equipo, que en caso de no sumar hubiese quedado en el último lugar de la tabla de posiciones. Zapatazo al ángulo, para que el Amalfitani grite bien fuerte el gol de la igualdad. Con este gol, puede de alguna manera “remediar” la macana que se había mandado en el PT al cometer el penal que luego Toledo cambio por gol.
En un equipo que en el campeonato no encuentra el rumbo y tiene la cabeza en la copa, Perrone demuestra que llegó al mediocampo fortinero para quedarse por (ojalá) mucho tiempo.
La figura vs Sarmiento, Máximo Perrone.
Gianluca Schinca
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