Una nueva derrota de Vélez y un arranque vergonzoso donde la caída en picada parece no tener fin y la bronca se acumula en el pecho.
Un pequeño veranito de dos victorias en la Copa Libertadores cuando todo parecía perdido hizo que muchos creyeran que se había mejorado, pero siempre sostuve e insistí que no se podía tomar en cuenta las victorias con Nacional y con Estudiantes. El primero, porque los uruguayos no son medida de nada y, segundo, porque le ganamos a la reserva de Estudiantes.
Estos resultados hicieron que muchos sacaran pecho y salieran a decir “que la cuenten como quieran” y a creer que había plantel para pelear todos los frentes . Sin embargo, la única realidad es que en cada mercado de pases el plantel pierde jerarquía y de esta forma se hace imposible competir de verdad. Se fueron Mancuello y Lucero; se los intento reemplazar con “proyectos” y jugadores sin pergamino y eso queda bien claro cuando ves que del último mercado de pases solo una incorporación suele jugar de titular y, a mi gusto, no es un jugador para el club. Tres de los cuatro restantes son abonados al banco y el cuarto no es tenido en cuenta. Con este plantel se decidió jugar la primera fase de la Libertadores y las pruebas están a la vista, entramos a los octavos por la ventana.
Este plantel puede alcanzar para hacer un papel decoroso en Copa Argentina donde con una pincelada de calidad, a veces puede alcanzarte para eliminar a un rival inferior, pero también te expone a que esa pincelada nunca aparezca y suceda un nuevo “Real Pilar”.
Así nos encontramos hoy, con 1 punto sobre 9 en el inicio del Torneo y con un cruce más que complicado ante un rival que a pesar del mal momento está un par de escalones arriba. Estamos a muy poco de regalar un año de competencia y que el único objetivo factible sea la esquiva Copa Argentina.
El lunes puede ser victoria contra Central y seguramente alguno saldrá a golpearse el pecho y hablar de proyectos que solo algunos ven. Los demás vemos que en Vélez no hay un rumbo, que se salta de una pierna a la otra esquivando problemas y creyendo que las goteras se tapan con un balde en el piso.
El último párrafo es para la fábrica, esa que tantas veces nos saca las papas del fuego y que una vez más deja que aparezcan grandes proyectos que son quienes terminan poniendo la cara en las difíciles, mientras algunos de los “grandes” salen en cámara cagándose de risa en plena cancha luego de una derrota…
Juan Pablo Muzzio
@jpmuzzio72