El homenaje a Diego Armando Maradona lejos estuvo de ser algo histórico e importante ante los ojos del mundo
Horas antes del partido, mi mamá me dijo: “hoy vas a estar en algo histórico, que te lo vas a acordar para toda la vida”. Muchos amigos me comentaban lo mismo. Uno esperaba ver un espectáculo, de esos que ves por Internet y las redes sociales. Y es que, en la lógica, iba a ser algo que iba a verlo el mundo entero. Sin embargo, lejos estuvo de lo que uno imaginó.
Personalmente, veo el vídeo de cuando Diego entró en su último partido a La Bombonera y se me pone la piel de gallina. Lo observo, me emociono y al mismo tiempo me río de ese loquito eufórico -el Polilla- que salió por todos lados porque era un gran compañero de mi anterior trabajo, y él fue quien me transmitió los sentimientos por Maradona.
“Cuando estás alejado de la pasión popular pasan estas cosas” manifestó nuestro colega Nico Codina. Y creo que no hubo mejor comentario. Una cinta aisladora negra arriba del escudo fue lo único que mostró la camiseta del Fortín. La misma que apareció hace 10 años en el Apertura 2010 vs Banfield tras la muerte de Néstor Kirchner. Me resulta inexplicable como dos personas -más allá de lo que cada uno piense- que quedaron en la memoria del país y del pueblo argentino sean solo una cinta que está en el cajón de los cubiertos de cualquier casa o en un club social, deportivo y cultural. Sin embargo, para la tragedia de Chapecoense, los Días Mundiales de Diabetes o Cáncer de Mama o el 75° Aniversario del Amalfitani se hicieron sus respectivos parches que quedan como joyas para el coleccionista. ¿Enojado? No sé, lo que siento es vergüenza.
Después, el homenaje que propuso el ente organizador -en conjunto con el club- fue hermoso y emotivo. Escuchar la Mano de Dios sigue siendo sinónimo de lagrimeo y que la cabeza empiece a preguntarse -una y otra vez- si se murió de verdad el Diego y al segundo caer en que sí, que ya se nos fue. Con el Amalfitani lleno, hubiese sido distinto y creo que de verdad hubiese sido un día que íbamos a recordar todos y que podría haberles contado a mis hijos con motivo de orgullo como cuando el mío me cuenta que estuvo en aquel Vélez vs Santos de Pelé, o que mi nonno presenció tal partido en la década del 40.
Este maldito virus, nos privó hasta de darle sentido a momentos históricos y que podrían haber sido traspasados de generación en generación. Lo que sí, no nos va a permitir relatar lo que fue Diego Armando Maradona y espero, que cuando el público vuelva a todas las canchas del fútbol argentino, se rinda su respectivo homenaje junto a la mayor cantidad de personalidades posibles de los equipos.
Hasta siempre, Diego. Gracias por tanto y una vez más, perdón por tan poco.
Ramiro Boz
@ramiroboz