“CACHETAZO DE REALIDAD: ANÁLISIS DE UNA DERROTA ANUNCIADA”

“CACHETAZO DE REALIDAD: ANÁLISIS DE UNA DERROTA ANUNCIADA”

Vélez vivió una pesadilla y tuvo una noche para el olvido. Prefirió defender, se equivocó en el planteo y chocó el barco, hundiéndose en la angustia de quedar eliminado a manos de un rival de igual o menor calibre. Aquí las claves de la derrota.

Con la salida de Díaz por Covid19 y la inclusión de Cortez, Vélez supuso que el juego de Barcelona radicaría por las bandas, con la intención de desbordar y buscarlo a Garcés, que es el goleador del equipo, dentro del área, no como en la ida, donde los canarios apostaron al juego partiendo desde el interior de la cancha. Por eso, Pellegrino abrió al equipo y armó una línea de 5 más amplia en ancho y más estirada en largo. Hubo 20 metros de espacio entre la línea defensiva y la del medio, por lo que el club Ecuatoriano, con superioridad numérica, rompió la estructura del Fortín e hizo mucho daño.

 

 

Aquí vemos una comparación entre el primer gol de Barcelona en Guayaquil contra una ocasión creada en Liniers. De local, Vélez fue compacto y cerrado, colocó entre 7 y 8 y en un perímetro de 20 metros, mismo espacio que en Ecuador quedo liberado, para atacar y convertir, porque la defensa y el mediocampo quedaron separados y partidos.

Entre el final del primer tiempo y comienzos del segundo, Vélez mostró destellos aislados  de lo que siempre supo hacer, y así llegó el gol.

 

 

Con mayor amplitud y profundidad, Vélez ataca por el sector izquierdo con 5 jugadores. Los extremos (Centurión y Bouzat) esperan al borde del área, Mancuello libera la zona yendo a buscar al espacio y el 9, parado dentro del área, cabecea un gran centro en diagonal tirado por Janson. El gol de Lucero tuvo el famoso sello Pellegrino, lo que no había conseguido en el primer tiempo, ni repitió tras el tanto.

 

 

Tras el gol de penal, Vélez instintivamente se tiró a defender. Completamente desordenado, sin convicción e ideas, volcó a los 11 detrás de mitad de cancha y, en su mayoría, únicamente a ocupar espacios. Como lo demuestra la imagen, pese a tener a todo el equipo en posición defensiva (442), la defensa quedó mano a mano contra el ataque rival. Tras el pase del lanzador de Barcelona, Mastrianni y Garcés amagan a filtrarse por la espalda de Gianetti pero van al cruce contra Guidara y De Los Santos (lo que provoco un 3vs2), que se terminan chocando y le ceden la pelota a Perlaza, que sentencio la historia y la eliminación del Fortín.

 

Lo cierto es que Vélez jugo mal y los números lo demuestran. Perdió la posesión de la pelota (47%) y cuando la tuvo, no lo hizo bien, de hecho cedió el balón 142 veces. En ataque estuvo flojo, pateo solamente dos veces al arco. Pocas veces propuso arremeter al rival con mucha gente, como nos tiene acostumbrados el equipo de Pellegrino. Acertó la mitad de los pases largos (32 de 64) debido a que en varias ocasiones, falto gente que fuera a buscar la jugada. También completo solo 4 amagues de 18 que intento. Todo esto refleja que la fluidez, la claridad y las ideas. El Fortín se quedó sin recursos y pago carísimo sus errores, además de no poder contar con quienes viajaron al JJOO de Tokio.

 

 

Martin Etcheverry

@metcheverry99